viernes, 2 de noviembre de 2007

Zaratustra Dixit

**Os adjunto algunas frases seleccionadas de la obra de Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra.

La grandeza del hombre está en ser un puente, y no una meta.

Me transformo demasiado rápidamente: mi "hoy" refuta a mi ayer.

Silencioso es el fondo de mi mar, ¡quién adivinaría que esconde monstruos juguetones!

Todavía no eres libre; todavía buscas la libertad (...) Tu alma tiene sed de estrellas.

Ésta es vuestra sed, el llegar vosotros mismos a ser ofrendas y regalos: y por ello tenéis sed de acumular todas las riquezas en vuestra alma.

Es preciso tener todavía caos dentro de sí para poder dar a luz una estrella danzarina.

Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias; tienen que aguardar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad (...) Mas tú, profundo, tú sufres demasiado profundamente, incluso por pequeñas heridas...

En el hecho de que hayáis desesperado hay mucho que honrar, porque no habéis aprendido cómo resignaros, no habéis aprendido las pequeñas corduras.

Zaratustra volvió a caminar durante dos horas, confiando en el camino y en la luz de las estrellas: pues estaba habituado a andar por la noche (en la noche oscura, quizá..) y le gustaba mirar a la cara a todas las cosas que duermen (conocer la realidad tal y como es, sin poses)

Nosotros amamos la vida, no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar. Siempre hay algo de demencia en el amor. Pero siempre hay también algo de razón en la demencia.

He aprendido a andar: desde entonces me dedico a correr. He aprendido a volar: desde entonces no quiero ser empujado.

Con alas propias volé hacia cielos propios.

Quien quiera aprender alguna vez a volar tiene que aprender primero a tenerse en pie y a caminar y a correr y a trepar y a bailar.

Si queréis subir a lo alto, ¡emplead vuestras propias piernas! ¡No dejéis que os lleven hasta arriba, no os sentéis sobre espaldas y cabezas de otros!

Y demos por perdido el día en que no hayamos bailado al menos una vez. Y sea falsa para nosotros toda verdad en la que no haya habido una carcajada.

Yo no creería más que en un Dios que supiese bailar.

¡No arrojes al héroe que hay en tu alma! ¡Conserva santa tu más alta esperanza!

El futuro y lo lejano sean para ti la causa de tu hoy.

Yo soy de hoy y de antes, pero hay algo dentro de mí que es de mañana y de pasado mañana y del futuro.

Por encima de ti debes construir; pero antes tienes que estar construido tú mismo, cuadrado de cuerpo y alma. Y aprended primero a amar.

El querer hace libres.

En mí hay algo insaciado, insaciable, que quiere hablar. En mí hay un ansia de amor, que habla así mismo el lenguaje del amor.

¡Vuestro amor que hace regalos y vuestro conocimiento sirva al sentido de la tierra!

Cuando vuestro corazón hierve, ancho y lleno, igual que el río, siendo una bendición (...), allí está el origen de vuestra virtud.

Y semejante a la estrella que se extingue es toda obra de la virtud: su luz continúa estando siempre en camino, aunque la obra ya esté hecha.

"La virtud de la columna": más bella y más delicada se va tornando, pero en lo interior más dura y robusta, cuanto más asciende.

Tú quieres, tú deseas, tú amas: ¡sólo por eso alabas tú la vida!

No queremos que con nosotros sean indulgentes aquellos a quienes amamos a fondo. ¡Dejadme que os diga la verdad!

No vuestra compasión, sino vuestra valentía es la que ha salvado hasta ahora a quienes se hallaban en peligro.

Nunca te adornarás bastante bien para tu amigo; pues debes ser para él una flecha y un anhelo (...) Sea el amigo para vosotros una fiesta y un presentimiento del superhombre. (...) El amigo creador siempre tiene un mundo acabado que regalar.

Aún continúo siendo el más rico y el más digno de envidia, pues yo os tuve a vosotros, y vosotros me tuvisteis a mí (...) Aún continúo siendo heredero de vuestro amor (...) Ay, estábamos hechos para permanecer próximos unos a otros, y vinisteis a mí y a mi deseo, no como tímidos pájaros, sino como confiados al confiado. Sí, hechos para la fidelidad, como yo, y para delicadas eternidades.

Hay que saber ser una esponja si se quiere ser amado por corazones rebosantes.

La voz de la belleza habla quedo: sólo se desliza en las almas más despiertas.

He captado su mirada cuando tenía la boca cerrada, para que fuesen sus ojos los que me hablasen.

No hablamos entre nosotros, pues sabemos demasiadas cosas: callamos juntos, sonreímos juntos...

Tus frutos están maduros, pero tú no estás maduro para tus frutos. Por ello tienes que volver de nuevo a la soledad: pues debes ponerte tierno aún.

Estuvo solo y se encontró continuamente a sí mismo.

Que yo esté preparado y maduro para mí mismo y para mi voluntad más oculta.

Para volverse grande, un árbol ha de echar duras raíces en torno a rocas duras.

Yo soy un caminante y un escalador de montañas. No me gustan las llanuras y no puedo estarme sentado tranquilo largo tiempo. Y, sea cual sea mi destino, sean cuales sean las vivencias aún haya yo de experimentar, siempre habrá en ello un caminar y un escalar montañas.

Es necesario que tu mejor valor consista en que no quede ya ningún camino a tus espaldas.

Por muchos caminos diferentes y de múltiples modos llegué yo a mi verdad; no por una única escala. (...) Éste es mi camino, ¿dónde está el vuestro? El camino, en efecto, no existe.

Por caminos torcidos se aproximan todas las cosas buenas a su meta. El modo de andar revela si alguien camina ya por su propia senda: quien se aproxima a su meta, ése baila.

Haced siempre lo que queráis, pero sed primero de aquellos que pueden querer. Amad siempre a vuestros prójimos igual que a vosotros mismos, pero sed primero de aquellos que a sí mismos se aman.

Hay que aprender a amarse a sí mismo con un amor saludable y sano: a soportar estar consigo mismo y a no andar vagabundeando de un sitio para otro. Ésta es el arte más delicada, más sagaz y más paciente. (...) Descubrirse uno a sí mismo es lo más difícil de todo.

Llega a ser el que eres.

Sal de tu caverna, el mundo te aguarda como un jardín. El viento juega con densos aromas que quieren venir hasta ti, y todos los arroyos quisieran correr detrás de ti. Todas las cosas sienten anhelo de ti.

Todo va, todo vuelve; todo muere, todo vuelve a florecer; todo se rompe, todo se recompone; todo se despide, todo vuelve a saludarse (...) Curvo es el sendero de la eternidad.

Quien, tendido en la hierba, agudiza los oídos, ése llega a saber algo de las cosas que se encuentran entre el cielo y la tierra.

Los acontecimientos más grandes no son nuestras horas más estruendosas, sino las más silenciosas.

Justamente la menor cosa, la más tenue, la más ligera, el crujido de un lagarto, un soplo, un roce, un pestañeo... lo poco constituye la especie de la mejor felicidad.

2 comentarios:

MBP dijo...

Amiga!
Que lindo lo que escribiste!
Y cuan largo! jajaja
Espero que tengas un muy lindo fin de semana y que descanses de tus quehaceres dairios! Yo tengo que buscar departamento pues se vence nuestro contrato, asique manos a la obra!!!
Un beso desde el otro lado del charquito!

tere dijo...

Tenía ganas de compartir estas frases, que me gustaron mucho al leer el libro... pero sí, tienes razón, me cuesta ser breve y escribir entradas cortas, jaja... ¡Me gusta demasiado charlar y contar cosas como para hacerlo en unas pocas líneas!
Este fin de semana será tranquilito..¿y tú, te mudas? Pues mucho ánimo, linda! Ya me contarás. Besitos y ¡sigue sonriendo!