A veces ocurre que hay días en que las cosas salen a pedir de boca; mejor, incluso, de lo que uno podía imaginarse.
A veces ocurre que las personas de nuestro entorno parecen saber qué necesitamos, qué anhelamos, qué soñamos... mejor que nosotros mismos.
A veces, ocurre que uno recibe sonrisas de vuelta más grandes y resplandecientes que las que uno regala a los demás.
A veces, sólo a veces, parece que el camino se va iluminando y la niebla se disipa.
A veces ocurre que las grandes oportunidades aparecen ante nosotros cuando ni siquiera nos las habíamos planteado.
A veces, las grandes personas aparecen en la vida sin hacer ruido... aunque luego dejarían un sonoro vacío si decidiesen marcharse.
A veces un favor sin importancia puede cambiar la vida de una persona.
A veces, aquéllos que pensamos que no nos conocen, de repente, apuestan por nosotros radicalmente.
A veces, parece que las personas que nos rodean se han levantado con el deseo de hacernos un poquito más felices.
A veces, sólo a veces, acontecen esos días completos, casi soñados, idílicos, en que parece que todo el empeño de las demás personas se centra en hacernos el camino más fácil y agradable.
................... HOY ha sido uno de esos días.
Y lo maravilloso de todo esto es que, como uno no puede preparar de antemano dichos acontecimientos, nos obliga a estar siempre vigilantes... no vaya a ser que mañana sea un día milagroso, y nos vaya a pasar desapercibido por no atender a esos pequeños detalles, que marcan la gran diferencia.
................... HOY puede ser uno de esos días.
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