Por eso, con gran esfuerzo, intenta quitárselo de la cabeza. Le cuesta Dios y ayuda, porque está locamente enamorada, pero al fin consigue medio olvidarlo.
Sobre todo desde que conoce a Xevi y se interesa por él.
A Xevi la cosa no le viene nada mal, porque se habría agarrado a un clavo ardiente: acaba de romper con Mari y se siente absolutamente solo.
Con la aceleración propia de quien quiere enterrar el pasado lo antes posible, Xevi y Grmpf se casan enseguida. Cuando Pti se entera, se hunde por completo: de golpe comprende que estaba locamente enamorado de Grmpf.
Espera a la puerta de la casa de ella y, cuando ve que Xevi se va, llama.
Grmpf abre la puerta y se queda de piedra al ver a Pti con una rodilla en el suelo y declarándosele. Se le trastocan los sentimientos, y está a punto de caer en la duda, pero es fuerte, inspira hondo y le dice que es demasiado tarde. Pti calla, se incorpora y se va, desesperado y para que ella no vea que está llorando.
Mientras tanto, en el camino a la oficina, Xevi se ha encontrado con Mari. Ah, qué encuentro. Les basta mirarse a los ojos para darse cuenta de que romper fue un error. Se abrazan y se prometen amor eterno.
[MONZÓ, Quim. El porqué de las cosas. "El ciclo menstrual"].
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