"¿Qué es la verdad? La verdad es una mentira contada por Fernando Silva.
Fernando cuenta con todo el cuerpo, y no sólo con palabras, y puede convertirse en otra gente o en bicho volador o en lo que sea, y lo hace de tal manera que después uno escucha, pongamos por caso, al pájaro clarinero cantando en una rama, y uno piensa: Ese pájaro está imitando a Fernando cuando Fernando imita al pájaro clarinero.
Él cuenta sucedidos de la gentecita linda del pueblo, la gente recién creada, que huele a barro todavía; y también cuenta los sucedidos de algunos tipos estrafalarios que él conoció, como aquel espejero que hacía espejos y en ellos se metía y se perdía, o aquel apagador de volcanes que el diablo dejó tuerto, por venganza, escupiéndole un ojo.
Los sucedidos suceden en lugares donde Fernando estuvo: el hotel que abría sólo para fantasmas, la mansión aquella donde las brujas se murieron de aburrimiento o la casa de Ticuantepe, que era tan sombrosa y fresca que te daba ganas de tener allí, una novia esperando.
Además, Fernando trabaja de médico. Prefiere las hierbas a las pastillas y cura la úlcera con cardosanto y huevo de paloma; pero a las hierbas prefiere la propia mano.
Porque él cura tocando...
... y contando, que es otra manera de tocar".
[GALEANO, Eduardo. El libro de los abrazos. "Sucedidos-3"]
Fernando cuenta con todo el cuerpo, y no sólo con palabras, y puede convertirse en otra gente o en bicho volador o en lo que sea, y lo hace de tal manera que después uno escucha, pongamos por caso, al pájaro clarinero cantando en una rama, y uno piensa: Ese pájaro está imitando a Fernando cuando Fernando imita al pájaro clarinero.
Él cuenta sucedidos de la gentecita linda del pueblo, la gente recién creada, que huele a barro todavía; y también cuenta los sucedidos de algunos tipos estrafalarios que él conoció, como aquel espejero que hacía espejos y en ellos se metía y se perdía, o aquel apagador de volcanes que el diablo dejó tuerto, por venganza, escupiéndole un ojo.
Los sucedidos suceden en lugares donde Fernando estuvo: el hotel que abría sólo para fantasmas, la mansión aquella donde las brujas se murieron de aburrimiento o la casa de Ticuantepe, que era tan sombrosa y fresca que te daba ganas de tener allí, una novia esperando.
Además, Fernando trabaja de médico. Prefiere las hierbas a las pastillas y cura la úlcera con cardosanto y huevo de paloma; pero a las hierbas prefiere la propia mano.
Porque él cura tocando...
... y contando, que es otra manera de tocar".
[GALEANO, Eduardo. El libro de los abrazos. "Sucedidos-3"]
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