FELICES ANHELOS PARA EL 2008
QUE EL AÑO NUEVO OS REGALE MÁS
[TERE PENSANDO: Hummmm.... quisiera escribir cosas, o bien originales y que hagan reír, o bien tan poéticas que conmuevan el alma (que sugieran a alguien: "oye, ¡bien podrías enamorarte de ella!" jajaja).
No sé, este blog es una cosa rara: tan pronto me da por escribir reflexiones para "arreglar el mundo", que me pongo a contar chiquilladas romanticonas de sueños, en plan quinceañera.
Pero, en definitiva, me planteo........... ¿me rallo demasiado? Es decir, no creo que éste sea un blog EN-TRE-TE-NI-DO sino, más bien........... hummmmmm, no sé lo que es, la verdad.... Es "YO" en palabras. Una cosa así. Uy, uy............ pensar que hay tanto "yo" repartido por el ciberespacio me produce un poquito de vértigo. Nunca quise ser astronauta, la verdad. No era la típica niña de "quiero ser astronauta", aunque tampoco quería ser princesa, médico o esas cosas típicas de las niñas.
Sí, puede que me ralle un poco.. puede ser. Esta entrada, de hecho, creo que no la voy a publicar (yo y mis contradicciones, mira lo que digo.... y ya la estáis leyendo). Pero, ¿esto qué es?, ¡¡que el balance personal toca hacerlo mañana, último día del año!! Buah, tenía ganas de escribir, de escribirME, en plan: "querida tere, ¿qué coño estás haciendo en tu blog?, ¿no iba a ser un sitio poético, lírico y elevado? pues, ¿a qué viene plasmar ahora tus paranoias cotidianas como si fuese un diario? escribe algo que interese a la gente, ohú!".
Ya veis, cuánto amor derrocho conmigo. No, no, no... hay que decirse las cosas de modo clarito... es tontería ser diplomática con una misma.
Conclusión: no leáis esta entrada (a buenas horas doy el avisooooooooo)... era un "momento paréntesis" de ésos en los que una piensa tecleando ante el ordenador, por si, al ver las palabras escritas delante de las narices, entiende algo. No es el caso. No entiendo nada...
Hummmmm....... esto no es poético, ni artístico. No aporta nada nuevo. Lo publicaré: soy yo. Soy yo una mañana de domingo, sola en casa, con una memoria del CAP por hacer, los dedos fríos, el sueño bajo los ojos, a la una de la tarde. Soy yo... la de la escritura automática, la autómata de la escritura automática... el fluir de la conciencia... que se me escapa entre los puntos suspensivos.
Paranoia. Total. Absoluta. Disculpadme. Sólo era un paréntesis................ ]
Me alegra que estés aquí; hoy te había llamado silenciosamente para que vinieras a visitarme, a leerme, a respirar este aire que me llena y me vacía a cada instante, una y otra vez... este aire que se renueva ahora con tu presencia. Me alegra que vengas. ¿Sabes? quería decirte que anoche soñé contigo. Sí, contigo. Quería decírtelo............ aunque nunca llegues realmente a saberlo. No es "políticamente correcto" decir determinadas cosas a determinadas personas y, ¿cómo justificaría que te sueñe? No nos vimos ayer, ni anteayer; de hecho, tú ni siquiera has pensado en mí últimamente, hasta este momento en que has decidido volver a mi blog (siempre mantuve la esperanza de que volverías).
Y, sin embargo, sí, he soñado contigo. Y fue precioso. Te estoy muy agradecida porque me hayas hecho tan feliz en ese sueño. ¡Qué pena que nunca llegues a saber lo cerca que te siento en momentos como ése, en sueños inesperados y furtivos como el de anoche!
Ahora que lo pienso, debería sentirme un poco mal por robarte la imagen, por incluirte en mi sueño sin haberte preguntado; por haberme atrevido a grabar en mi piel la suavidad de la tuya, de tu caricia cómplice, de tu mirada risueña. Aún sigues conservando esa mirada que tanto me gustaba (creo que tampoco te lo dije nunca,.. lástima de este pudor mío tan inoportuno); desprendía una sutil mezcla de seria serenidad y alegre cercanía. Era una mirada de las que yo denomino "de sillón", o sea, de ésas que invitan a acomodarse en ellas, a sentirse a gusto, a dejar pasar las horas al calor de esa llama que arde y hace arder, sin pretenderlo siquiera.
Qué ojos los tuyos... cuántas batallas luchadas, cuántas lágrimas de anhelo, cuántas vidas hubiera entregado yo a esos ojos. Y tú sin saberlo.
Te pedía, pues, que disculpases mi atrevimiento por soñarte, pero ¡ya ves! soy tan inocente de haberte querido, como tú de haberme hecho quererte. Sencillamente, pasó ¿el soñarte? Sí......... y el quererte también; pasó. ¡Si ni siquiera eres consciente de que yo un día pude sentir eso por ti! Qué tiempos aquellos. Y, por lo visto, parece que aún queda algo por aquí dentro, en esta buhardilla desordenada que tengo como corazón: aún se conserva alguna imagen tuya, un café, una conversación en la que dije menos de lo que en realidad estaba pensando mientras estaba a tu lado... Retales de nada, en el fondo. O, sí, pinceladas de vida que me has dado, sin tú saberlo siquiera. Y afloraron esta noche, sin avisar,.. como la tormenta de verano que, tan inesperada como deseada, aparece de improviso para calar hasta los huesos, y empapar por completo al alma, esponjada y esponjosa (sí, la lluvia que cala hasta los huesos es de Cortázar, lo sé pero, ¿y qué hago yo si él utilizó esta frase que tan bien describe el amor que sentimos los amorosos "de a pie"? hummm.. ¿y qué hago si esa palabra de "los amorosos" es el título de un poema de Sabines? Será mejor que continúe con mi tormenta, y nadie se enfade si nota "plagio" en mis palabras).
Tu recuerdo me empapó como una tormenta, creo que me quedé ahí. Sí, creo que fue en ese punto preciso, tus ojos sonríen con ternura mientras lo digo. Pues, ¿y qué ocurrió en el sueño? Quizá la historia sea lo de menos, ¡qué importa! No es importante, no es imprescindible conocerlo. Yo sólo sé que tú... que TÚ estabas ahí, conmigo. Y QUERÍAS estar conmigo, y DISFRUTABAS estando conmigo, y SONREÍAS estando conmigo. Y parecía que nada tenía más sentido en este mundo que... que tú y sólo tú estuvieses conmigo.
Ya, ya sé que tu curiosidad (bien disimulada como corresponde a alguien de tu naturaleza, sensible y comedida) tiene ansia por saber los detalles... aunque, por supuesto, si te dijese estas palabras mirándote a los ojos, disimularías y harías como que le quitas importancia, y nos reiríamos sin tomarlo como un hecho importante.
Aunque para mí lo sea... pero también yo sé cómo disimular ante los demás para quitar importancia a ciertos asuntos. Las personas conservamos abismos dentro que otros ni imaginan que existen.
Bien, respecto del sueño: sólo recuerdo que tú estabas con una ocupación propia de tu trabajo, con la salvedad de que la trama se desarrollaba en un crucero. Alguien (un hombre latino, casi mulato, de rostro desconocido para mí hasta esta noche... ¿existirá alguien con esas facciones, en algún lugar del mundo, hoy?) me llevaba hasta donde tú estabas.
Y así, de repente, ante mis ojos: TÚ. Nada de romanticismos ni ñoñerías: una sonrisa cálida, una complicidad en el ambiente. Ante mis ojos, tú. Eso era lo único importante del sueño: tú, junto a mí.
Por lo demás, sólo recuerdo algunos momentos fugaces: el primero era que, tras verte, me tomabas de la mano para llevarme con el resto de la gente que había por allí. Al llegar, saludaba a todo el mundo y me sentaba en una mesa de plástico blanca, junto a compañeros de trabajo tuyos, mientras tú te ibas a terminar unos recados. Finalmente, volvías y subíamos a la cubierta del barco, donde nos sentábamos con las piernas estiradas. El blanco de la pintura sobre cubierta era deslumbrante, cegador, paradisíaco. El cielo, de un azul suave y homogéneo; de un azul tenue como un velo; intenso como un resplandor; agradable como tu presencia a mi lado. Y, en ese marco, sintiendo la brisa fresca del mar envolviendo nuestros cuerpos, notando el cosquilleo que producen los rayos del Sol cuando dan muy directos sobre la piel... esa calidez interna que me iba inundando por momentos, que me repetía silenciosamente lo bonito que era el poder estar así contigo, pese a que nunca nos hemos visto en una situación tal... y que nunca lo haríamos, de hecho.
Y yo apoyaba mi cara en tu hombro derecho, así, riendo, respirando el aire a bocanadas... felices.
Feliz... feliz de haber compartido ese viaje contigo................... aunque nunca pueda hacerlo realidad; aunque tú nunca lo sepas; aunque jamás imagines que eras tú, sí tú, en quien yo pensaba al soñar estas cosas; aunque jamás se te pase por la cabeza que es a ti -sí, sí, a ti- a quien estoy hablando ahora, tú, que precisamente no sueles tener mucho contacto conmigo y que, sin embargo, vas hoy y te encuentras este sueño tan raro.
Feliz de haber compartido estas sensaciones contigo aunque, en definitiva, nunca se te pase por la cabeza que, contra todo pronóstico y sin ninguna señal aparente, yo te haya querido como, de hecho, te he querido. ¡Ay, lo que nos hemos perdido!
Me consta que tú también eres feliz, a tu modo, en tu vida, por tu cuenta, sin sueños ni utopías irrealizables de por medio. Sí, alguna vez me hablaste de tu vida y me consta que lo eres. Me alegro. Mucho.Y me alegra que, probablemente, en noches como ésta, ahora mismo quizá, también tú estés construyendo tus propios, felices, sueños.
Yo, por mi parte, voy ya a dormir...... que me siento deseosa de reencontrarme con tantas otras personas a las que amo (y a las que, por desgracia, sólo en sueños soy capaz de manifestárselo); personas cuyos nombres conservo en el corazón, escritos a mano... grabados a fuego.
Próspero Año y felicidad".
Pues por ahí van hoy los tiros, por lo del "próspero año":
Resulta que, para el año que viene, quiero pedir una beca de doctorado para irme a investigar a algún país de América Latina.
Resulta que tendré que pedir un país u otro dependiendo del tema sobre el que quiera hacer mi tesis (dentro del ámbito literario, por la carrera que he hecho).
Resulta que AÚN no he elegido tema (tengo ideas... pero ninguna decisión tomada... ¡soy la Duda Cartesiana personificada!).
Resulta que EL PLAZO DE SOLICITUD de becas termina el 15 de ¡ENERO!
Resulta que........................ ¡¡no sé dónde ir!!
Esa romántica idea de que os hablaba un día, sobre que uno "siente" en su interior cuál es su lugar en el mundo..... NO, no es tan sencillo como parece. Estoy bloqueada.
Hummmmm... os voy a explicar un poco la situación, y os pediría que me dejaseis algún comentario, el que sea; para mí sería muy importante cualquier tipo de apoyo moral, jeje...
A ver, soy consciente de que, con mi carrera (Filología), no es que vaya a poder dedicarme, directamente, a un trabajo que implique solucionarle la papeleta a nadie, ni poder ayudar en plan "voluntaria en el Tercer Mundo" (como puede hacer un médico o un trabajador social).
PERO me gustaría que mi trabajo no fuese una mera labor que se quedase "en los libros"... que no me limitase, simplemente, a "analizar el estilo literario de un autor"... sino que, ya que la cuestión versaría sobre Literatura, al menos que ésta sirviese como instrumento para poder acercarme, tratar, incluso denunciar la situación de un país, a través de la obra de algún autor.
No sé si me explico: quiero que sea un trabajo de investigación que me lleve a realizarme sobre todo como persona, que me implique con una causa, que esté vinculado con la realidad (y no sólo "analizar un estilo de escribir", sino analizar un país, o una situación social, a través de los escritos). De hecho, en América Latina hay MUCHAS situaciones complicadas que podría tratar: la cuestión indígena, la violencia, la pobreza de los pueblitos perdidos y alejados de todo avance, la corrupción política...
Por ahí va mi conflicto de elegir. Por ejemplo, me atrae mucho Argentina como país, por su Historia y su heterogeneidad geográfica y social, pero no quiero irme a la "Europeizada" y cosmopolita Buenos Aires...y no creo que haya muchas becas universitarias para irme a un pueblo perdido en mitad de la montaña o de la Pampa.
También me interesa la Literatura de la Violencia (por ejemplo en Colombia), pero... es un tema muy trillado.
Lo indígena también es vital... y en Perú hay mucha presencia pero... ¿una Literatura que no esté estudiada, sobre la cuestión indígena, novedosa, sobre la situación actual de tantas y tantas familias indígenas que subsisten allá hoy en día, sumidos en la pobreza? hummmmmm.... ni idea.
Total, que tengo que elegir país, y casi que me veo echándolo a suertes.
Prefiero Sudamérica que Centroamérica, la verdad (no me preguntéis por qué... simplemente es así).... pero más allá de eso.... no sé. Quizá la duda va más entre Colombia (la Lit de la Violencia), Brasil (Teología de la Liberación... que vincula religión y tema social), Perú (lo indígena) y Argentina (lugar que deseo conocer... pero que más vinculado está con Europa).
¿Algún comentario.................. POR FAVOR?
No sé a cuento de qué, parece que, en estas fechas, se habla mucho de un acontecimiento llamado "Navidad". Quizá lo bonito de la palabra na-VIDA-d sea la VIDA que encierra en su interior... aunque luego, a la hora de analizar su significado, no nos ponemos de acuerdo.
Dicen que, por estas fechas (sin tomar en cuenta el error de cálculo de los años que hace, etc etc) nació un tal Jesús.
Yo no sé si seremos conscientes de QUÉ es lo que estamos todos celebrando, pero el caso es que celebrar, ¡hay que celebrar! y, en cuestión de atrezzo, ¡a ver quién gana!
Ése es el motivo por el que a todos nos da por poner la figurita de un niño en nuestra casa, así como en escorzo, medio retorcido el pobre nene, con una rodilla levantada, rubio como si hubiera nacido en Finlandia, y con dos deditos regordetes levantados que parece que te los va a meter en los ojos. Vamos a ver, señores; vamos a centrarnos. ¿A qué viene poner un niño tan almibarado, sonrosadito y rubio, que parece más un dibujito de la Disney que un niño del actual Israel, pobre y nacido en una noche fría, dentro de una cueva sucia, con olor a animales y sin apenas luz? Ah, pero eso, los que más se curran la decoración, eh?... que no sería la primera vez que, al encontrarme sin niño el día 24, he tenido que poner una figurita de Lego en el portal.
Pero, en cualquier caso, lo que está claro es que esto de la Navidad no deja indiferente a nadie. Hay quienes ponen el grito en el cielo por la que se lía (compras, algarabía, preparativos, comidas familiares, de trabajo, entre amigos..); otros, en cambio, ponen el grito en el cielo -nunca mejor dicho- cantando esos villancicos que nos meten hasta en la sopa:
¿Que va usted a la peluquería? "La Virgen se está peinaaaando entre cortina y cortina". ¿Que va a pasear por la ciudad? "El camino que lleva a Belén". ¿Que va a la confitería? "Hacia Belén va una burra cargada de chocolate". ¿Que sales a pasear junto al Guadalquivir? "Pero mira cómo beben los peces en el río". ¿Que sales de viaje? "Ole, ole Holanda, ole, Holanda ya se ve". ¿Que tienes audiencia con el Rey? "los pastorcillos quieren ver a su Rey, le traen regalos en su humilde zurrón". ¿Que quieres una excusa pa pegarte un homenaje? "Saca la bota María que me voy a emborrachar". ¿Que sales a comprar los avíos para el cocido de mediodía? "Al Supersol voy de compras, rin-rin"....
Y, así, hay una canción para cada circunstancia de la vida...
Y luego está la cosa de que todo el mundo se convierte en proto-santos por estas fechas: somos más caritativos; nos da por sonreír a la vecina-porculera de arriba que, durante el resto del año, se dedica a caminar con tacones sobre nuestra cabeza a las 6 de la mañana; mandamos mails llenos de buenos deseos; osamos reunir a toda la familia y, además, mostramos nuestra mejor predisposición: “calla, calla, Mari, ¡si a mí no me importa preparar la cena para cuarenta personas, mujer! Que es Navidad..” o "Anda, chiquilla, no te preocupes porque la niña me haya tirado una copa de vino sobre mi vestido de Yves Saint Lauren que llevo pagando desde la comunión de mi hijo Pepe, sí, el que se ha jubilado el mes pasado..."
Pero bueno, ahora en serio, como es bonito sacar las cosas positivas a cada AHORA que vivimos, también yo quería hacer un recuento de cosas lindas de la Navidad... independientemente del sentido religioso que tiene esta fiesta (y que allá cada uno el valor que le concede). ¡Vamos a frivolizar un poco al describirlo! que una vez al año, no hace daño:
Pasear por las calles iluminadas, con más gente, más vida, más revuelo; esas mujeres histéricas, pegándose a guantazo limpio por conseguir el último muñeco Pocoyó de la tienda; el olor de las castañas en la calle; el hombre que vende palodú junto a la plaza del Duque; el calorcito que hace cuando uno entra en las tiendas, o en algún barecillo (más calorcito si se acompaña de un carajillo o similares "bebidas espirituosas" de más de 40 grados, jeje); lo entretenidas -y surrealistas- que son las letras de los villancicos si uno se pone a analizarlas (aún sigo preguntándome quién será la de “ande, ande la Marimorena”... o por qué hay que hablar de que “Holanda ya se ve” cuando vienen los Reyes Magos)... por no hablar de lo “entretenido” que resulta cantarlos en familia (copazo de anís incluído), jijiji..
Mmmmm... el huevo hilado; quedar con mis amigas en nuestra tradicional reunión el día de Reyes (nunca vemos la cabalgata pero ¡y lo que marujeamos!); la ilusión al envolver los regalos que hemos comprado a otros (envolverlos, eh? porque salir a comprar...¡vaya coñazo!), y desenvolver los que nos han dejado los Reyes a nosotros.
Ver a la familia (fuera guasa... ¡claro que es agradable reunirse, aunque sea de vez en cuando!); ver esas maravillosas reposiciones de películas en la tele, como “Sonrisas y Lágrimas”, “Canción de Navidad”, “Eduardo Manostijeras”, “El día de la bestia”...
Volver a escuchar “El Tamborilero” cantado por Raphael (creo que pese a los años, sigo sin estar preparada para el trance); ir al cine (este año, a ver la peli de María Isabel, por supuesto!! Jajajaja); mandar Christmas -¡felicitaciones navideñas, joé! a ver si hablamos español- a la gente que queremos (en mi caso, “plantearme que debería mandarlos”.. porque siempre se me pasa); hacer malabarismos para comerse las uvas (o lacasitos, o chupitos.. o las distintas versiones posibles para las 12 campanadas)... y espurrearlas de nuevo en el plato cuando ya te las has metido todas en la boca..... o bien ir a darle un beso a tu familia con el carrillo hinchado (con lo cual, al ir a felicitar el año nuevo, siempre se traga una el liquidillo de las uvas y se harta de toser).
Levantar disimuladamente la cobertura del roscón para “adivinar” dónde está la sorpresa escondida; decorar la casa con bolas de colores chillones y espumillón-hortera-pero-divino-de-la-muerte; dejar la tele puesta durante el discurso del Rey (¿alguien lo sigue de principio a fin? Este año, como abuse del tiempo estipulado, todos los españoles, unidos por el mismo sentimiento patrio, le diremos al unísono eso de: "¿por qué no te callas?", a ritmo de pandereta ); hacer apuestas sobre cuál será el último anuncio del año; cagarse en los niños de San Ildefonso cuando cantan el Gordo (del que no toca ni el reintegro..... "Te lo dije, Paco, ¡¡que acabara en UNO!!")... y empezar a hacer recuento mental de qué personas conocemos que vivan o hayan estado en el sitio donde ha tocado el premio (¿para mandarle un Christmas y estrechar lazos?).
Comprobar que los Reyes Magos se ha tomado la copita y los dulces que les hemos dejado (conozco casos de chavales que dejaban ¡tres barreños con agua para los camellos! Por Diosssssssssss, esos pobres padres achicando agua!! Niños cabrones). Prometerme a mí misma que es la última vez que me levanto a coger un trozo de turrón, mientras escribo esto.
No cumplirlo. Percatarte de que los Reyes no te han traído el regalo que más ilusión te hacía (normal, ¿cómo no van a confudirse después de pegarse lingotazos de anís en todas y cada una de las casas que han visitado antes de la mía?).. pero luego descubrir otros más originales que no se te habían ocurrido; tararear los anuncios de “vuelveeee a casa vuelveeee”, y del turrón de Suchard (¡un año entero esperándolo!); ver la cara de flipaos que pone el personal cogiendo caramelos en la cabalgata de mi barrio (por cierto, que siempre aparece la típica vieja a tu lado que, cuando vas a coger “ese caramelo en concreto y no otro”, pone el pie encima, aun a riesgo de pisarte la mano, y dice al marido “Manolo, agáchate a coger ese caramelo”.. &8*#%7x.....)
Y es que, en definitiva, da igual que uno diga que le gustan o no las Navidades; al final, todos vivimos experiencias parecidas... y ¡a ver quién es el listo que, ante una discusión pro-Reyes Magos VS Papá Noel, no ha expresado nunca su encendida opinión a favor de los tres viejitos de Oriente.... o quién no tiene su preferido... o quién no le grita a Baltasar más que a ningún otro, pa que tire caramelos en la cabalgata!.
¡Venga, por favorrrrrrrrrr! jajajaja... Aquí, o todos moros, o todos cristianos. Aunque, en este caso, no sabría definir bien qué somos en estas fechas.
Así, quizá no seamos el mejor ejemplo de coherencia con nuestro estilo de vida el resto del año, o quizá tampoco seamos el modelo ideal de creyentes píos que no caen en “superficialidades comerciales”...
Pero, en fin, lo que yo pienso es que, si Dios es AMOR, aunque no Le tengamos presente, de un modo u otro ESTÁ. Aunque sea como ir a un cumpleaños y no acordarnos del celebrante... la alegría compartida, el revuelo y la fiesta es señal de que la fecha es especial, pues lo triste sería que pasase desapercibida sin pena ni gloria. Por eso, aunque no pensemos demasiado en ese Niño que cumple años mañana, ni en la trascendencia que eso tuvo... de algún modo Él sabe buscar un hueco para colarse en nuestras vidas, convertido en el Amor de quienes nos rodean.
Así que, desde mi estrella, observando de lejos la Estrella que guió a los Reyes hasta Belén (que no es la Estrella de la Ilusión de la cabalgata, eh? ¡poca fuerza tiene esa mujé pa echá los caramelos, ohú! Y qué miedo paso cada vez que hace el amago de tirarlos.. que parece que e va a despeñar desde lo alto!!), os deseo ¡Feliz Cumpleaños, Jesús! y ¡Muy Feliz Navidad a todos, amigos!
Una noche de nostálgica luz de neón, hace siglos de melancolía, todas las almas sin vida trocaron en Ramonianas alegorías cantoras, con siete cuernos en sus cabezas.
Alertadas por la profecía que precedió al sonido de Su Voz, todas las aves del mundo -agrupadas según la belleza de sus ojos- comenzaron una emigración hacia cielos menos azules y más rasos, y quedaron fragmentadas sus sonrisas en cristales de mil máscaras.
Sólo yo permanecí de pie, mientras el mundo se postraba ante el balbuceo Apocalíptico del Señor; yo, la princesita retadora, valientemente tierna, tiernamente valiente.
Mi olor a césped recién cortado Le provocó una alergia más pequeña que su dedo meñique; y su estornudo hizo caer sobre mí una lluvia de cucharas, que supe interpretar -a golpe de remiendos dialécticos- como un ramillete de cerrojos por abrir.
¿Cómo puedes sentir que tu todo es Nada, Tú, que conviertes la nada en Todo?
¿Acaso quieres hacerte creer que eres una ensoñación en medio de un desierto de dientes de león? Querido, las ensoñaciones no saben a remolacha como Tú, ni la gelatina deconstructiva ha sido jamás más volátil que cuando estuvo cobijada entre tus manos solitarias.
Yo creo en Tu omnipresente Mirada de diluvios y sequías, simplemente porque ayer quisiste erigirme como la predicadora de Tu Palabra. Tu condescendencia me volvió muda, y sólo pude responderte recitando "Las flores del mal" del fin al principio, mientras germinaban amapolas en mi pelo.
Porque creo en los lametones de los perros buenos, y en las arañas que tejen alfombras voladoras en las ramas de los árboles, Te dejo que construyas un Edén cerca de mi estrella, antes de que el gallo cante tres veces. Luego, desapareceré, y sólo perdurará entre los hombres Tu Palabra, delicadamente rusa.
Un deseo para hoy: que la fiebre te permita volar más allá de la farola de tu calle. AME!!
Porque, a veces, hay experiencias, significados, vivencias o pensamientos que marcan y configuran a la persona, y que se graban "a fuego".
Porque las mariposas, para mí, simbolizan lo etéreo, el ansia de lo trascendente, lo celestial, lo sublime, lo onírico. Simbolizan también la sutileza, la delicadeza, la vulnerabilidad, la libertad, la belleza, la fragilidad...
Además, representan la capacidad de cambio, de evolución, de adaptación a lo nuevo (mediante esa transformación de gusanito en larva, y finalmente en mariposa)... porque se asemejan mucho al alma humana, también en constante búsqueda de una identidad, y en constante evolución personal.
De hecho, los griegos representaban el alma o psiqué con unas alas de mariposa... y Dalí pintaba una mariposa en todas sus cartas, como símbolo de inmortalidad.
Finalmente, otro significado que me encanta es que los aztecas pensaban que las mariposas eran angelitos de niños que venían a la tierra... o sea, que están también muy vinculadas con el espíritu de la infancia y la inocencia.
Por todo ello, ¡hoy me he tatuado una linda y original mariposa en mi tobillo derecho!
Llevaba mucho, mucho tiempo queriendo hacérmelo... y esta mañana, casi sin pensarlo, fui "volando" al lugar y, en un momento, me dibujaron "a flor de piel" todos esos sentimientos y pensamientos con los que me siento tan identificada.
Y, aprovechando la dulce locura, me he hecho también una pequeña estrellita en el omoplato izquierdo.... pero, en este caso, creo que no hace falta que os diga por qué he querido tatuarme... mi estrella.
Caminante son tus huellas
el camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Dentro de unas horas escasas, una buena amiga mía tomará un avión rumbo a Argelia, para participar en la experiencia de una semana en el campo de refugiados de Tindouff.
Fue a ella a quien avisé de que seleccionaban a gente, y juntas fuimos -hace poco más de un mes- para echar nuestras solicitudes, con el corazón rebosante de ilusiones y los ojos puestos en una tierra que se nos antojaba, entonces, un poco más cercana y fraterna.
La selección de participantes se llevó a cabo mientras yo estaba en Tierra Santa. Imposible ser elegida, pues.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar
Mis pies se encaminaban por otros derroteros... Si conocer esta realidad saharaui no era mi camino, ¿cuál es, entonces?
Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar.
¿Para que llamar caminos
a los surcos del azar...?
A mí me tocaba estar con Él, sentada a sus pies como María; a mi amiga, por el contrario, le toca asumir ahora el papel de Marta, yéndose a trabajar en esa tierra desfavorecida. No puedo quejarme... parece que, contra todo pronóstico, "me ha tocado la mejor parte".
Todo el que camina anda,
Como Jesús sobre el mar.
Tampoco me siento decepcionada; al revés, estoy inmensamente feliz de ver cómo, a través mío, esta amiga ha escuchado la llamada de compartir su tiempo, sus ganas y su amor con esas personas.
Yo amo a Jesús que nos dijo:
Cielo y tierra pasarán
Cuando cielo y tierra pasen
mi palabra quedará.
Estoy contenta, porque sé que nadie mejor que ella para ir a tal lugar; gustosamente le hubiera cedido yo mi plaza. Sé que tiene mucho que dar -de eso que no se entrega de mano a mano, sino que va directo de un corazón a otro-; y también sé que va a recibir MUCHO.
Creo, sin duda, que esta amiga va a vivir una Navidad anticipada. Ella, que se posiciona en contra de la religión, de la Navidad "y sus hipocresías", y que lleva una racha sumida en el nihilismo más absoluto... creo que -aunque no lo enfoque desde esta perspectiva- allí podrá vivir un "renacer en la esperanza" muy propio del Adviento, y que podrá sentir cómo ese "algo" que lleva dentro (llamémoslo ganas de ayudar, solidaridad, apuesta por el hombre...) se reaviva con un fuego mucho más intenso y deslumbrante.
Quizá esta experiencia pueda traerle el calorcito interior que anhela experimentar, sin necesidad de recurrir, para ello, a la típica postal de la mula y el buey.
¿Cuál fue Jesús tu palabra?
¿Amor?, ¿perdón?, ¿caridad?
Todas tus palabras fueron
una palabra: Velad.
En cualquier caso, queda aquí mi petición: si no sois creyentes, deseadle buena suerte, vibraciones positivas y buena energía. Si lo sois, pedid por ella. No porque aumente su fe en Dios (pues estoy segura de que la prioridad de Dios ahora mismo no será que haya una boca más alabándole); pedid más bien para que algún día comprenda la fe que Dios tiene en ella... y le haga aumentar, así, su confianza en ella misma.
Creo que su propia felicidad, y el sentirse bien en su piel y contagiarlo a quienes tiene cerca, es el mejor regalo que podrá hacer (aun sin saberlo) a este Niño que parece que viene... que parece que nunca se fue del todo...
¿Y yo? Pues si me vieseis ahora mismo, ando con los ojos, los oídos y el corazón bien abiertos de par en par, ¿o qué pensáis?
Si éste no era mi momento de hacer el viaje al campo de refugiados, será porque, seguramente, habrá "otra cosa" reservada para mí... ¡Estoy expectante!